Un año después de que la pandemia de la Covid-19 cambiara la vida tal y como la conocíamos, la crisis sanitaria ha desatado una enorme crisis económica y social que está impactando en la salud mental de las personas de forma dramática.
Uno de los principales efectos colaterales del coronavirus es la pérdida de empleo, bien sea de forma permanente como de forma temporal (ERTE). En este sentido, el desempleo tiene graves impactos psicológicos como depresión, ansiedad o disminución de la autoestima.
Nuestra directora gerente, Ruth Cuscó, explica que “el sistema sanitario debe prepararse para la `pandemia´ de las afectaciones emocionales porque esta situación ha devenido en un grave problema sanitario de segundo orden, pero no menos importante”.
Finalmente, la psicóloga clínica Mercè Rovira destaca que los impactos por el desempleo en la salud mental “no afectan a todo el mundo por igual” y varían en función de la edad o el tipo de personalidad. “No es lo mismo que uno sufra un ERTE en la actualidad a los 25 años que a los 60 años”, ya que la edad puede suponer un motivo de discriminación en algunos sectores, opina la psicóloga.
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