El impacto de la COVID-19 en las residencias de mayores de España ha sido innegable. Según datos del Instituto de Mayores y Servicios Sociales (IMSERSO), se han registrado desde el mes de marzo de 2020 un total de 19.760 defunciones de mayores, 125 en la última semana de agosto de este 2021.
Durante la crisis del COVID-19, la tecnología ha facilitado el seguimiento y tratamiento de personas que lo han necesitado desde sus propias casas o residencias. Por lo que herramientas como la teleasistencia y las consultas virtuales han supuesto un avance en cuanto al servicio de los mayores.
Precisamente, el Gobierno y las comunidades autónomas están trabajando en un nuevo acuerdo para replantear el modelo actual de las residencias de mayores. En este sentido, la Asociación de Directoras y Gerentes de Servicios Sociales ya propuso que este nuevo modelo de residencias incluya una atención personalizada con los avances tecnológicos y organizativos que permitan prestar los cuidados que necesite una persona en situación de dependencia en su propio hogar, sin necesidad de institucionalizarlo en un centro.
Por otro lado, este nuevo modelo se caracteriza por hacer de los centros de mayores cada vez más un “hogar” y menos un “centro hospitalario”. Con esto, se plantea que los usuarios sean alojados en habitaciones individuales (al menos un 75% de espacios de este tipo) y lugares comunes de, como máximo, 15 personas.
En este sentido, Ruth Cuscó, directora gerente de ASHO, considera que “es posible que las consultas virtuales y la telemedicina faciliten la llegada de este nuevo modelo de residencias, para que los usuarios se sientan más como en sus casas y no en un lugar donde tratarse”.
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