Cuerpo
Con la incidencia acumulada de casos de COVID-19 cada día más elevada y tras las fiestas de Navidad, la presión asistencial ha aumentado en los hospitales y centros de salud y los ingresos en las UCI casi se han triplicado en el último mes.
Las buenas cifras de vacunación están evitando, por el momento, el colapso, aunque la atención primaria ha advertido de que ya está sobrecargada. En este contexto, la directora gerente de ASHO, Ruth Cuscó, recuerda que la implantación de la telemedicina resulta una herramienta muy útil para ofrecer una asistencia de calidad mientras se mantiene la distancia social.
“En cuanto a la digitalización del sector sanitario, durante los últimos dos años hemos hecho grandes avances, pero si realmente queremos aprovechar nuestros recursos y aspirar al mayor nivel de eficiencia posible, es necesario seguir invirtiendo en tecnología y el desarrollo digital de la Sanidad española”, asegura Cuscó.
Precisamente, según el último estudio de MediQuo, las consultas de telemedicina en España han aumentado un 153% desde que se decretó el estado de alarma. Este estudio, además, indica que la mayor parte de las consultas han estado relacionadas con los contagios de COVID-19.
“Con la telemedicina se pueden prestar servicios sanitarios a los pacientes (diagnóstico, tratamiento, o prescripción) a través del uso de la tecnología, sin necesidad de estar en contacto físico con el usuario, lo que reduce la posibilidad de contagio”, concluye Cuscó.
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